Condiciones biofísicas de la cuenca – Parte 2
Características climáticas

La cuenca pertenece al subsistema climático Andino Atlántico, característico de la Cordillera Oriental, donde la humedad recibida de la Orinoquia y Amazonia es transportada y transformada en precipitación orográfica (Vargas-Ríos & Pedraza, 2004).
Como resultado de la elaboración del mapa por parte de INGEAG S.A.S. dentro de la consultoría, los siguientes tipos de clima fueron identificados: Extremadamente frío húmedo con 751,59 Hectáreas, Extremadamente frío semihúmedo con 531,74 Hectáreas, Muy frío húmedo con 16.496,39 Hectáreas, Muy frío semihúmedo con 3.745,53 Hectáreas y Muy frío superhúmedo con 999,12 Hectáreas. Para un total de 22.524,4 Hectáreas pertenecientes al área de la cuenca del Lago de Tota.
Cobertura de la tierra

De acuerdo con el mapa de coberturas de la tierra (2019) elaborado en el marco de la consultoría por INGEAG S.A.S., en el área de la cuenca, se identifican 26 unidades de coberturas de la tierra (figura 5).
Dentro de las 26 unidades se identificaron unidades de territorios artificializados los cuales representan 369,3 Hectáreas de la cuenca, unidades de territorios agrícolas con 8.174,0 Hectáreas, bosques y áreas seminaturales con 8.041,2 Hectáreas, áreas húmedas con 416,6 Hectáreas y superficies de agua con 5.523,3 Hectáreas. Para un total de 22.524,4 Hectáreas pertenecientes al área de la cuenca del Lago de Tota.
Uso de la tierra

Los usos de la Tierra, puede ser definidos desde dos dimensiones: manejo y funcional; la primera hace referencia a las actividades que comprenden la transformación de las coberturas de la tierra, y, la segunda, al propósito de la transformación (Martínez y Mallicone, 2012; Lamin y Geist, 2006).
Como resultado del mapa de uso de la tierra (figura 6) elaborado dentro de la consultoría por INGEAG S.A.S. se obtuvo la identificación de 226 unidades de sistemas de uso del suelo, 16 unidades de tipo de uso del suelo y 8 unidades de clase de uso del suelo en la cuenca del Lago de Tota a escala 1:25.000. Dentro de las 8 unidades de clase de uso del suelo se identificaron las unidades antrópico la cual representa 369,9 Ha de la cuenca: unidades antrópico (Acuicultura) con 6,9 Ha; antrópico (Agrícola) con 2.439,4 Ha; antrópico (Agropecuario) con 3.967,1 Ha; antrópico (Forestal) con 542,6 Ha; antrópico (Pecuario) con 1.663,4 Ha; Natural con 11.869,5 Ha y seminatural con 1.665,5 Ha.
Principales ecosistemas

De acuerdo con el mapa elaborado por INGEAG S.A.S. dentro de la consultoría, el mapa de ecosistemas (figura 7) cuenta con un gran bioma, 7 biomas, 27 clasificaciones de ecosistemas generales y 52 clasificaciones respecto a ecosistemas específicos.
Los agroecosistemas ocupan un total de 40,74% del área total, mientras que los ecosistemas naturales ocupan un 32,90% de la cuenca y los cuerpos de agua y zonas pantanosas ocupan un 26,36% del total de la cuenca.
El gran bioma que se presenta en la cuenca es el Orobioma del Zonobioma húmedo tropical, establecido por los biomas generales Helobioma Andino (4.7%), Helobioma de Páramo (0.6%), Hidrobioma Andino (24.5%), Hidrobioma de Páramo (0.1%), Orobioma Andino (30.5%), Orobioma Azonal Andino (11.1%) y Orobioma de Páramo (28.6%).
Figuras de protección

En cuanto al mapa de figuras de protección, elaborado en el marco de la consultoría por parte de INGEAG S.A.S. el parque Unidad Biogeográfica de Siscunsí Ocetá, ocupa cerca del 18% (4.160,27 ha.) del área de la cuenca y protege esencialmente parte del ecosistema de páramo. También se encuentra presente una Reserva de la Sociedad Civil, denominada “Reserva Natural Pueblito Antiguo” la cual tiene un área de 2,51 ha. (figura 8)
Teniendo en cuenta lo estipulado en la Constitución Política de 1991, referente a los deberes del Estado de proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar áreas de vital importancia ecológica y fomentar la educación para lograr estos fines se reglamenta en el 2010 el Decreto 2372, con el objetivo de todas las diferentes categorías de protección se articulen bajo un solo instrumento normativo que permita coordinar su manejo, que permita lograr el objetivo de protección y conservación (Presidente de la República, 2010).